jueves, 7 de enero de 2016

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En realidad, hambre y miseria, exclusión social y desempleo, van de la mano, porque cuando no tengo trabajo, no tengo dinero para cubrir las necesidades má perentorias, entre ellas, la alimentación, la vivienda y la ropa para andar vestidos. Por tanto, es necesario resolver el empleo de aquellos con capacidad para hacerlo, de los que buscan y no lo encuentran y como decía Fidel en uno de sus discursos, "Desaparezca el hambre, no el hombre", "Cese la filosofía del despojo y cesará la filosofía de la guerra".



FAO publica datos sobre hambre y malnutrición en el mundo
Cada año se pierden o desperdician 1 300 millones de toneladas de alimentos en algunos países, mientras en otros se desperdicia hasta un 35 % de los alimentos disponibles. La FAO señala que el 75 % de las personas pobres y con inseguridad alimentaria en el mundo dependen de la agricultura y los recursos naturales para su subsistencia. foto: AP. 

ROMA.
Cada año se pierden o desperdician 1 300 millones de toneladas de alimentos en algunos países, mientras en otros se desperdicia hasta un 35 % de los alimentos disponibles, según una serie de datos publicados por la FAO sobre las causas subyacentes del hambre y la malnutrición.
Los indicadores de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) confirman por qué con la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sos­tenible, el mundo se ha empeñado firmemente en el objetivo de Hambre Cero.
Para contribuir a tal motivo se presentan elementos que invitan a reflexionar sobre los sistemas alimentarios, la agricultura y el desarrollo rural, la necesidad de inversiones orientadas a los pobres, la gestión sostenible de los recursos naturales, y sugieren algunas áreas donde es necesario actuar.
La FAO señala que el 75 % de las personas pobres y con inseguridad alimentaria en el mundo dependen de la agricultura y los recursos naturales para su subsistencia, de ahí que apoyar a las familias campesinas resulta fundamental al producir el 80 % de los alimentos a nivel global.
Además reporta que el número de personas que padecen hambre es hoy de algo menos de 800 millones, cerca de una de cada nueve, en tanto en las regiones en desarrollo la prevalencia de la subalimentación se redujo al 12,9 % de la población, frente al 23,3 % de hace 25 años.
En relación con la meta de reducir el porcentaje de hambre crónica a la mitad en el 2015 como parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, esa agencia de la ONU significó que una mayoría de países —73 de 129— la alcanzó.
Asimismo de esas 73 naciones, 29 lograron también el reto más ambicioso de reducir a la mitad el número total de personas que padecen hambre, establecido por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996.
Otros 12 países han mantenido tasas de hambre por debajo del 5 % del total de su población, al menos desde 1990. Estas tendencias significan que a partir de ese año, se liberaron del hambre a cerca de 216 millones de personas.
La FAO prevé que la producción mundial de alimentos debe aumentar en un 60 % en el 2030 para seguir el ritmo del crecimiento de la población mundial.
En tal sentido reconoció que erradicar totalmente el hambre en el mundo para esa fecha requerirá una media de 267 000 millones de dólares adicionales por año, en inversiones en zonas rurales y urbanas y en protección social.
Por ese concepto los costos globales se estiman en alrededor de 2,6 billones (millón de millones) de dólares al año, incluyendo 700 000 millones de costos ambientales y 900 000  millones de sociales.

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