lunes, 10 de febrero de 2014

LA OEA HA MUERTO. QUE VIVA LA CELAC.

Nuestro compañero y amigo Manuel Muñoz, de Colombia, abogado de profesión ha escrito un excelente artículo, que por su extensión me es imposible publicar en este blog, pero he tomado algunas partes para que se compruebe hasta qué punto la 2da Cumbre de la CELAC ha penetrado en el corazón y el alma de los latinoamericanos. 

La Organización de Estados Americanos (OEA), ha muerto. Este “Ministerio de Colonias”, como la bautizó Fidel, fue fundado en 1948 en la Conferencia Panamericana reunida en el Museo Nacional durante los días del Bogotazo. De hecho, su acta de defunción se extendió en la Habana (Cuba) durante los días 28 y 29 de enero de 2014, cuando 33 Estados de América Latina y el Caribe realizaron la II Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC) que proclamó la Región extendida entre el Sur de Rio Bravo y la Patagonia como “una zona de paz en la frontera sur de un imperio que nació y se hizo fuerte gracias a las guerras, el saqueo de recursos ajenos y la expansión territorial…”(Citado por el Editorial de El Mundo de Medellín del 31 de enero de 2014). 

El engendro de la OEA fue concebido por Estados Unidos y las élites de sus servidores en cada país, como una organización al servicio del COLONIALISMO Y DEL EXPANSIONISMO y contra el sueño del Libertador Simón Bolívar. Por eso desde sus inicios se diseñaron “teorías” como la del panamericanismo, el monroísmo, y la “doctrina del buen vecino” o del patio trasero. Y más tarde, desde 1962, sirvió como cómplice mudo y sigiloso testigo de los asesinatos selectivos de líderes populares y de opositores a esas mismas élites locales, mediante el cobarde mecanismo del paramilitarismo, recomendación norteamericana adoptada como política de Estado en algunos países del continente, particularmente en el nuestro, y también sirvió como celestina de dictaduras militares abiertas en el resto de América. 

La OEA fue siempre un instrumento de políticas agresivas diseñadas, de manera abierta o encubierta, por EU, tales como: aislamiento y bloqueo de Cuba en Punta del Este-Uruguay, destrucción de la democracia formal por la imposición de sanguinarios dictadores, la fracasada política antidrogas , y el peor de todos los mecanismos de dominación por ser UN PROYECTO INTEGRAL, a saber: el CONSENSO DE WASHINGTON, o “… complejo político-económico-intelectual integrado por los organismos internacionales (FMI, BM), el Congreso de los EUA, la Reserva Federal, los altos cargos de la Administración y los grupos de expertos”, que trae consigo el tenebroso neoliberalismo. 

La OEA tiene como política la división de los países latinoamericanos y la guerra entre hermanos para hacer más fácil la victoria del capital financiero sobre cada uno de ellos; el saqueo de nuestras riquezas naturales, la manipulación de las elecciones y la implementación de las más sangrientas tiranías como el Chile de Pinochet, Uruguay de Bordaberry, Argentina con la Junta de generales de 1976 a 1982, Brasil con sucesivas dictaduras entre 1964 y 1985 y el Salvador con Efraín Ríos Montt. ¡Ah! Y esa tiranía infernal y sin escrúpulos que los políticos liberal-conservadores, con sus diferentes disfraces, llaman “la democracia más antigua de América”. Esta tiranía regentada por políticos mefíticos, envuelta en Decretos de estado de sitio y en constituciones que se reforman por y para sus beneficiarios, es un régimen apuntalado en la fuerza y en maniobras abogadiles orientadas a no dejar rastros de sus crímenes o para justificarlos por anticipado, como sugería el maestro Fernando González. 

Una de las tácticas de dominación imperial es el uso abusivo de los acuerdos bilaterales, evitando a toda costa la negociación multilateral con los países latinoamericanos organizados en bloque, obteniendo así pingues ventajas derivadas de la debilidad de la división. Así, nos obligan a negociar aisladamente con cada país y nos imponen las decisiones en bloque a través de la OEA. Con esa metodología unida a la amenaza de la exclusión, USA pudo imponerle a Cuba el bloqueo que ya dura 52 años. Y todo aquel que le vendiera cualquier alimento, cualquier combustible, cualquier bien de uso a Cuba, era severamente castigado: también se lo amenazaba con el bloqueo o con el retiro de la “ayuda”, que es la contraprestación que reciben las élites en el poder para poderse mantener o turnarse como en la Colombia del Frente Nacional, que ya es una política recurrente. 

Pero no hay mal que dure cien años. En Punta del Este se inició la resistencia. El Che diría al conjunto de asistentes a la reunión cuando Cuba fue expulsada de la OEA: “Soy cubano y también soy argentino y, si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie.” 

Con el voto favorable de los asistentes, incluida Colombia y con la excepción de México, Cuba fue expulsada de la OEA el 31 de enero de 1962. Se había producido una ruptura, pero también se había abierto un camino transitado por hombres de férreas convicciones e iluminado por el pensamiento integrador de Simón Bolívar. Y, ¡oh ironía! A los 52 años exactos del bloqueo y de la expulsión de Cuba de la OEA, se reunió en la Habana el II congreso de la CELAC, con 33 Estados latinoamericanos y del Caribe, para entregarle la dirección de este proceso de integración precisamente a Cuba, país hermano que dirigirá el continente ¡sin la presencia de Estados Unidos! y de Canadá. “UN MUNDO POR LIBERTAR” La segunda reunión de la CELAC es la culminación de muchos intentos, de muchos sufrimientos por la integración para la libertad. 

Es que la división de América latina es el gran negocio de las potencias que ansían dominarla eternamente. Esfuerzos parciales como los del Pacto Andino, el Mercado Común Latinoamericano, el Mercosur, el mercado común centroamericano, UNASUR, el ALBA….despejaron el camino para llegar finalmente al CELAC como culminación de la batalla incesante por la integración. El 29 de enero, fecha de la declaración final de la CELAC es un punto de llegada, pero esencialmente es un punto de partida, porque el Sueño de Bolívar continuará su camino hasta consolidar la definitiva independencia, la que extenderá la gloria de Bolívar por este continente que hoy vibra con su nombre y con su sueño hecho realidad, en cumplimiento del profético presagio de José Domingo Choquehuanca: 

TREINTA Y TRES (33) REPUBLICAS UNIDAS Y EL LLANTO DE LOS MALOS HIJOS DE AMERICA La reunión de los 33 Estados constituye el cumplimiento de los presagios del cura indígena. En una declaración de 83 puntos, prosiguieron la tarea de construir la PATRIA LATINOAMERICANA, obstaculizada por más de 200 años por la potencia norteamericana y por sus apátridas aliados en cada país. 

De la declaración final del CELAC destaco: Inspirados en los ideales de nuestros libertadores y próceres: “4. Subrayamos nuestro propósito de continuar avanzando unidos en la concertación y la integración latinoamericana y caribeña, y la consolidación de nuestra Comunidad, conforme los ideales y sueños de nuestros libertadores y próceres. Ratificamos nuestra decisión de establecer acciones que nos permitan prevenir, y en su caso, afrontar coordinadamente, los efectos de la actual crisis internacional de múltiples interrelaciones, que sigue impactando negativamente en los esfuerzos de nuestros países para fomentar el crecimiento y el desarrollo sostenible e integral de la región.” La América Latina: territorio de paz; prohibida la confrontación entre hermanos que atizan las potencias, las transnacionales y sus aliados para lucrarse de la guerra: “53. 

Nos comprometemos a seguir trabajando para consolidar a América Latina y el Caribe como Zona de Paz, en la cual las diferencias entre las naciones se resuelvan a través del diálogo y la negociación u otras formas de solución pacífica establecidas en el Derecho Internacional.” Los países de La CELAC apoyan el proceso de paz con las FARC. De ahora en adelante, serán cada vez más sospechosas las incitaciones a la guerra. Y tarde o temprano, los nombres de los políticos que reclaman castigo para los violadores de derechos humanos, deberán ser incluidos en el listado de eventuales presidiarios: “56. Reiteramos nuestro apoyo al proceso de diálogo que se lleva a cabo en La Habana, Cuba, entre el Gobierno de Colombia y las FARC, y saludamos los avances logrados mediante la consecución de acuerdos en dos importantes puntos de la agenda. 

Instamos a las partes a continuar el proceso dirigido a poner fin a un conflicto interno que por más de 50 años ha afectado el desarrollo político, social y económico de esa nación hermana. Saludamos y agradecemos el papel de los países garantes, Cuba y Noruega, y de los países acompañantes, Chile y Venezuela, en los logros alcanzados”. 

Y para que el lector aprecie los lloriqueos de los malos hijos de América, opositores de la libre integración, transcribo las frases invocadas por el Editorial del Periódico El Mundo de Medellín del viernes 31 de enero de 2014, que después de tratar de manera peyorativa la CELAC por constituir una amenaza para la OEA que defienden las clases dirigentes colombianas desde su creación, porque a ella le deben su apoyo para desarrollar con entera libertad sus fechorías, dice en su editorial titulado “Los sueños de América”, refiriéndose a la declaración de la CELAC: “Sus palabras parecen espadas contra el sueño de un continente unido en los sueños de democracia y bienestar común.” Gracias a Bolívar, a Martí y al resto de sus hijos espirituales, ¡La OEA ha muerto! ¡Que viva la CELAC!

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