lunes, 23 de diciembre de 2013

APROBADO EL NUEVO CÓDIGO DEL TRABAJO POR LA ASAMBLEA NACIONAL DEL PODER POPULAR DE CUBA

Muchos fueron los detractores, pero más pudo la fuerza de los trabajadores en las modificaciones introducidas al anteproyecto de Código de Trabajo, presentado ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en su carácter de proyecto y que tuvo en cuenta los miles de planteamientos hechos en las asambleas sindicales. Algunos no pudieron ser tenidos en cuenta como rebajar la edad de jubilación nuevamente a 55 años las mujeres y 60 los hombres, ya que el envejecimiento poblacional en Cuba es tan marcado y tan fuerte que para el 2030 será significativa la cifra (más de un 30% de la población)de las personas que sobrepasan los 65 años de edad. Se adicionaron conceptos muy importantes para eliminar vestigios de discriminación en el empleo, tales como "la orientación sexual, la identidad de género y la discapacidad" a las que ya existían como son la edad, las creencias religiosas, el sexo y el género y otras que aunque algunos piensen que es interminable la lista, lo mejor es que se vean reflejadas en "blanco y negro, para evitar interpretaciones que conduzcan a la posible discriminación de un trabajador o trabajadora. Interesante el debate sobre el lenguaje sexista, sobre la "invisibilización" de las mujeres, sobre todo las trabajadoras, que ocupan en nuestro país casi la mitad de la fuerza laboral y sobre todo, más del 65% de los trabajadores calificados. Renuentes a modificar un texto para incluir "las trabajadoras y los trabajadores", muchos oimos con detenimiento un mensaje importante de una diputada: "EL LENGUAJE ES FORMATIVO DE OPINIONES, DE IDEOLOGÍAS", por tanto si por el criterio de la técnica legislativa, de "ahorrar palabras" indicamos que por no discriminar, cuando decimos "trabajador" incluimos a las trabajadoras, yo, mujer, al menos siento más discriminación que antes. Ojalá llegue la cordura y se convenzan los que no lo están que no es técnica legislativa, es derecho de la mujer a ser reflejada en el texto de la ley, porque nuestra Constitución data de la década del 70 del siglo pasado y en esos momentos el lenguaje era así, sexista, machista, ahora no, si se consultan las constituciones de este siglo, las leyes laborales de muchos países adoptadas sobre todo desde el 2005 en adelante, estaremos más que penetrados de ese inmenso placer de ver reflejado en la ley, ese lenguaje que reconoce AL TRABAJADOR Y A LA TRABAJADORA,cada uno en su justa medida. Y por último, bienvenido sea el planteamiento de la diputada Mariela Castro Espín, para incorporar entre las acciones que merecen sanción, la de actuar en contra de la integridad física, psíquica, social y mental del trabajador o trabajadora, sin tener que pronunciarse por una definición de violencia que casi siempre termina por dejar fuera algunas de sus modalidades por donde se escapan los acosadores y maltratadores. Salud, Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. En tiempos de terapias de choques, de pérdidas de derechos del ser humano que trabaja, aparece una ley garantista más allá de la economía, donde prima el orden público social.

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