¡LIBERTAD INMEDIATA AL DIRIGENTE SINDICAL DE HONDA MÉXICO, JOSE LUIS
SOLORIO ALCALÁ!
El régimen federal entreguista y sus esbirros estatales no escatiman
en su implacable escalada de represión contra los movimientos sociales en el
país, particularmente se ensaña con los trabajadores que laboran en empresas
transnacionales y cuyos derechos se ven coartados por la existencia de los
llamados contratos colectivos de protección patronal. De tal manera, en nuestro
país la democracia está proscrita, y más en el terreno laboral, donde el
gobierno en todos sus niveles mete las manos en las organizaciones sindicales,
sobre todo cuando son intransigentes en la defensa de los derechos laborales de
la clase trabajadora mexicana.
Los métodos del crimen organizado empleados por el gobierno del estado de
Jalisco son ya una realidad para sembrar el terror entre los trabajadores de
Honda, ubicada en el municipio de El Salto. El compañero José Luis Solorio
Alcalá, Secretario General del STUHM (Sindicato de Trabajadores Unidos de Honda
de México) fue privado de su libertad y virtualmente secuestrado, supuestamente
por haber “robado” una pluma de video a un policía privado al servicio de la
empresa, nadie se traga estas falsas imputaciones en contra de un compañero que
ha mostrado un compromiso férreo y consecuente con la lucha de los trabajadores
de Honda, que ya cumple más de 2 años.
Ayer,
1º de marzo, como cotidianamente lo hacen, José Luis Solorio y demás compañeros
integrantes del Comité Ejecutivo del STUHM realizaban una labor de difusión e
información por medio de volantes y playeras en las inmediaciones de la
armadora, amparados por nuestras garantías constitucionales, cuando
intempestivamente fueron agredidos por guardias privados de la empresa, quiénes
al ver que los trabajadores que salían del turno apoyaban a sus compañeros
dieron aviso a la policía municipal que ejecutó la irregular detención del
dirigente sindical; en la mañana de hoy, 2 de marzo, fue trasladado por dos sujetos —uno de ellos dijo
llamarse Higinio Madera—, en un automóvil con placas de circulación JR 88006 a
una casa de seguridad a espaldas de la presidencia municipal de El Salto,
Jalisco. Organizaciones y sindicatos nacionales e internacionales demandan su
inmediata liberación.
Hasta el momento no ha sido presentado ante el ministerio público y todo
parece indicar que en flagrante violación a la ley pretenden prolongar su
detención, cuando menos por todo el fin de semana, con el objetivo de
amedrentar a los trabajadores que impulsan en la Junta Federal de Conciliación
y Arbitraje (JFCyA) una votación sindical a la brevedad, para despojarse de un
Contrato Colectivo de Protección Patronal (CCPP) detentado por la Confederación
de Trabajadores de México (CTM), mismo que se caracteriza por la inexistencia
de una representación sindical genuina que negocie bilateralmente las
condiciones de trabajo en la empresa.
Honda de México, en el Salto, Jalisco es la armadora que está
totalmente a la zaga en prestaciones y justicia laboral en el país. La
dirección de la empresa se ha convertido en una contumaz transgresora de la
legislación laboral no solo de nuestra nación, sino también de los convenios
internacionales que el gobierno mexicano ha firmado con la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), como el 87, relativo a la libertad sindical y
de asociación de los trabajadores. Federaciones Internacionales de trabajadores
como la Federación Internacional de Trabajadores de la Industria Metalúrgica
(FITIM) y la United Automotive Workers (UAW), están cercanos en el apoyo a la
lucha de los trabajadores de Honda, que a pesar del despido de 5 de sus
dirigentes y de la parcialidad absoluta de la Secretaria del Trabajo y
Previsión Social hacia la empresa, han obtenido un importante logro cuando la
autoridad judicial reconoció jurídicamente a su sindicato, que surge de la
base, el STUHM. No ha sido fácil, la lucha de la clase trabajadora mexicana es
verdaderamente heroica, en un régimen político postrado ante el capitalismo
internacional y las empresas transnacionales que vienen al país con el único
propósito de incrementar sus exorbitantes ganancias aplastando los más
elementales derechos de los trabajadores y sobornando a todo tipo de autoridades
para colocarlas a su servicio.
Por todo lo anterior, llamamos a todas las organizaciones sociales,
sindicatos, trabajadoras y trabajadores a rodear de solidaridad a los
compañeros de Honda, exigiendo la libertad inmediata de José Luis Solorio y el
cese total del hostigamiento y la represión a los miembros del STUHM, tanto por
parte de los responsables de la empresa como de las autoridades municipales,
estatales y federales.
Guadalajara, Jalisco, 2 de marzo de 2012
En
franca y escandalosa violación de sus garantías constitucionales, el
secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Honda de
México (SUTHM), José Luis Solorio Alcalá, fue privado ilegalmente de su
libertad en represalia por sus actividades en defensa de los derechos
laborales los trabajadores de esa empresa. Ayer el dirigente sindical
fue detenido en las inmediaciones de la planta y esta mañana fue
trasladado por dos sujetos —uno de ellos dijo llamarse Higino Madera—,
en un automóvil con placas de circulación JR 88006 a una casa de
seguridad a espaldas de la presidencia municipal de El Salto, Jalisco.
Organizaciones y sindicatos nacionales e internacionales demandan su
inmediata liberación.
Solorio
Alcalá ha sido, prácticamente, secuestrado, dado que, hasta el momento,
unas 17 horas después de su arresto y en total contravención a las
leyes, no ha sido presentado ante el Ministerio Público ni se ha
informado formalmente de los cargos que se le imputan, ni se tiene
conocimiento de su condición, puesto que permanece incomunicado. Ha
sido trasladado en varias ocasiones de la delegación municipal de
seguridad pública de El Salto a los separos en el centro de Guadalajara
y de ahí nuevamente a la delegación municipal y a la casa de seguridad.
La
tarde de ayer, guardias de seguridad y personal de la trasnacional
Honda de México arremetieron a golpes contra varios miembros del
Sindicato Único de Trabajadores de Honda de México (SUTHM), mientras
éstos repartían, pacíficamente, playeras y volantes a los empleados de
la empresa, localizada en la carretera al Castillo, en el corredor
Industrial de Guadalajara.
Según
denunció el propio Solorio Alcalá, poco antes de su detención, algunos
afiliados al SUTHM realizaban actividades de difusión y promoción de su
sindicato en las inmediaciones de la planta: “estábamos tranquilamente
repartiendo unas playeras y volantes, cuando salieron guardias de
seguridad contratados y personal de seguridad corporativa de la empresa
a provocarnos y empujarnos, señalaron miembros del sindicato.
“No
estábamos haciendo nada más, ni intentando entrar a la empresa ni nada,
sólo repartiendo volantes para que los trabajadores de la planta
conozcan sus derechos laborales y salariales, sus prestaciones, su
derecho a un sindicato independiente y en eso salieron estas personas a
provocarnos para que nosotros respondiéramos de manera violenta, lo
cual no sucedió”
Como
los afiliados al SUTHM no respondieron a las provocaciones, los
guardias de seguridad llamaron a la policía. En medio de los empujones
que iniciaron tales guardias uno de ellos acusó a Solorio Alcalá de
haberle robado una pluma con cámara de video, pretexto que utilizó la
policía para detenerlo y, hasta ahora, mantenerlo privado ilegalmente
de su libertad y en total incomunicación. El pretendido robo es, por
supuesto, una acusación falsa.
El
dirigente sindical destacó también que llegó la policía local de manera
prepotente queriendo retenerlo y quitarles las cámaras de video con que
están testimoniando la agresión que sufrieron.
En
mayo de 2010 un numeroso grupo de empleados de la empresa se organizó
para conformar el STUHM, para enfrentar una serie de irregularidades,
arbitrariedades y abusos contra sus derechos laborales como: sueldos
bajos, excesos de carga laboral (se aumenta la producción sin contratar
más personal), extensión arbitraria de la jornada laboral.
Los
trabajadores y trabajadoras están sujetos también a cambios de días de
descanso forzados sin consulta; hostigamiento laboral: impiden ir a
tomar agua argumentando que es abandono de trabajo; se sigue a los
empleados hasta el sanitario para evitar que se tomen más de tres
minutos; llaman a las y los trabajadores a cubículos cerrados tratando
de sacar cualquier tipo de información mediante amenazas de despidos o
castigos; obligan a los trabajadores a que firmen papeles en blanco.
También
se padece de falta de higiene y seguridad. En caso de accidente se
lleva a los compañeros a clínicas particulares para no tener evidencias
en el IMSS y si en dado caso las hay, obligan al personal a renunciar.
Lo anterior, sólo como un botón de muestra de las muchas injusticias al
interior de la planta.
A
esto se suma la casi nula oportunidad de desarrollo profesional y
escalafonario. Sin importar si tienen 15 años de antigüedad o son de
nuevo ingreso, los dos mil 400 trabajadores de Honda—cuya producción es
de más de 355 mil vehículos al año— perciben un sueldo de entre 132 y
160 pesos diarios; que, por cierto, es tres veces menor en comparación
con quienes laboran en armadoras como Nissan o Volkswagen y realizan
labores similares.
Después
de 15 meses de lucha, de resistir el acoso y represión de los patrones
—que se concretó en el despido de cinco dirigentes, entre otros
hechos—, y a pesar de las múltiples tentativas de la Secretaría del
Trabajo y Previsión Social (STPS), por impedirlo, los trabajadores de
Honda lograron un importante triunfo en la defensa de su libertad
sindical, luego de que la autoridad judicial emitió una resolución que
obliga a la dependencia a otorgar el registro al Sindicato de
Trabajadores Unidos de Honda.
El
SUTHM refrenda su convicción de que la organización de las y los
trabajadores y la solidaridad de clase son las únicas herramientas para
la defensa de los derechos humanos laborales y por ello apela a la
solidaridad del movimiento sindical independiente ante esta nueva
agresión y demanda a los directivos de la empresa el cese del
hostigamiento y provocaciones contra sus miembros y a las autoridades
locales el cese de los intentos de represión.
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