jueves, 6 de enero de 2011

INFORMACIÓN IMPORTANTE PARA LOS QUE NECESITAN CONOCER DE LO QUE PASA EN CUBA

Ya comenzó el proceso de adecuación de nuestras plantillas de cargos a las reales necesidades de las entidades, nos debemos despojar de todo lo que sea ineficaz. Nos llama poderosamente la atención cómo se nos critica porque hemos decidido aplicar medidas de eficiencia y de ahorro de recursos, cuando día a día se declaran desempleados cientos de miles de personas en el mundo y nadie se entera, porque la gran prensa no se interesa ni por lo que sucede en su país, ni por el destino de las amplias masas trabajadoras. Pero si el mensaje involucra a Cuba, ya es hora de comentarios y de manifestaciones de descontento e incluso nos indican que las medidas las tomaremos no por ser eficientes, no por estudios de organización y reorganización del Estado y las empresas, sino "porque estamos afrontando un proceso de crisis en la economía y necesitamos reducir la cantidad de personas que laboran en el sector estatal". Vaya, que nunca ganamos ni aún haciendo algo que tiene un mejor basamento y más protección que las medidas adoptadas en otros lares.

Pero, ahí les va un documento de interés que espero sea atractivo a la lectura, publicado por el órgano de prensa mexicano, de la UNAM "LA JORNADA".

Cuba cambia el modelo económico (I)
Tomado de La Jornada


Por Ángel Guerra Cabrera
El cambio en marcha del modelo económico marca un hito decisivo en la Revolución cubana y, probablemente, en la historia mundial de luchas por el socialismo dada la singularidad que ha caracterizado a aquella y su ascendencia en los movimientos trasformadores a escala latinoamericana, tercermundista y universal.

La “actualización” del modelo –no reforma desmanteladora - se propone preservar el rumbo socialista, en que será “la planificación y no el mercado el rasgo distintivo de la economía” y, por consiguiente, mantener y elevar la calidad de las conquistas en educación y salud gratuitas así como seguridad social para todos, cuya sostenibilidad es imposible con el modelo económico en vigor.

Para lograrlo, prevé una descentralización progresiva de las decisiones, ahorros sustanciales de recursos, aumentar exportaciones, sustituir importaciones, potenciar la oferta de productos al mercado interno, hacer que el salario remunere de veras los resultados, elevar la productividad en relación con el salario medio, instaurar un sector de trabajadores por cuenta propia y microempresarios como fuente de empleo para cientos de miles que quedarán disponibles en las nóminas infladas del Estado y como palanca creadora de producciones y servicios que la empresa estatal no ha podido solventar; trasformar en cooperativas numerosas empresas públicas como peluquerías, talleres de mecánica automotriz, servicios gastronómicos y de taxis.

Se propone, en suma, un radical golpe de timón en el modo de organizar y dirigir no sólo la economía sino la sociedad, en los métodos y estilo de trabajo del Partido Comunista de Cuba( PCC) y el gobierno y en las funciones diferenciadas que deben existir entre ellos. Para comprenderlo es necesario remontarse a la trayectoria de cambio y continuidad, propia de la Revolución desde sus orígenes, tratando de superarse siempre a sí misma y de adaptarse a los convulsos cambios en la palestra internacional, a la vez que ha enfrentado la guerra económica más prolongada de la historia contemporánea.

La actualización del modelo cuestiona conceptos que se dieron por verdades absolutas en los manuales del socialismo derrumbado y se asienta en la decisión de no volver a copiar de otras experiencias, sin desechar por ello la asimilación de lo que en ellas pueda haber de provechoso, e incluso de lo positivo del capitalismo. También impugna arraigadas concepciones erróneas prevalecientes en la isla sobre la distribución en el socialismo, como consecuencia del paternalismo, el idealismo y el igualitarismo generados desde los albores de la Revolución por el afán de lograr lo antes posible toda la justicia social. La actualización requiere un cambio de mentalidades.

Antecedentes inmediatos de ella son el discurso de Fidel Castro en la Universidad de La Habana en noviembre de 2005 y el movimiento promovido por el presidente Raúl Castro desde el 26 de julio de 2008 cuando convocó a abrir un debate nacional sobre los cambios “estructurales y de concepto” que debían realizarse en la economía. En aquel debate se palpó el sentir y la opinión del pueblo, que inspiraron la elaboración del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del VI Congreso del PCC, puestos ya a discusión en las organizaciones de base de aquel así como en asambleas obreras, campesinas, estudiantiles y populares, cuyas propuestas y opiniones serán objeto de análisis en la reunión partidista a celebrarse en abril, dedicada a la economía nacional.

El discurso de Raúl sobre el debate de este documento en la Asamblea Nacional constituye un análisis crítico y autocrítico memorable no ya sobre la economía sino sobre la construcción del socialismo en Cuba, “punto de inflexión”, como lo calificara Eusebio Leal, historiador de la ciudad de La Habana, en encuentro con intelectuales.

Fidel, en el “DISCURSO DE LA UNIVERSIDAD”, como es conocido, planteó: “Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo”. Es de suponer que esta afirmación está sustentada en la ausencia de una auténtica teoría de la construcción socialista como consecuencia de la infertilidad del trabajo teórico en la ex URSS. Dicho en palabras de Raúl: …la edificación de la nueva sociedad en el orden económico es, en mi modesta opinión, un trayecto hacia lo ignoto…

Y para completar les traigo este otro artículo todavía más incisivo y que también se refiere a la ya anunciada
catástrofe que sufriremos los cubanos por meternos en el mundo capitalista y tomar decisiones de las que día a día se toman allí.

EL PROCESO DE RESTRUCTURACIÓN DE PLANTILLAS Y EL PÁNICO DE LA "DISIDENCIA" EN CUBA


Por M. H. Lagarde
La llamada oposición cubana que -según la SINA, o sea, sus contratistas-, ni canta ni come frutas, todavía encuentra tribuna en el periódico de la mafia de Miami para opinar nada menos que sobre el reordenamiento de plantillas que el gobierno de la Isla se ha planteado para este 2011.
Nadie puede explicarse cómo los "disidentes" que no trabajan, salvo para el gobierno de EE.UU., están tan bien informados sobre el acontecer y las consecuencias de un proceso que se inició justo ayer.
Por ejemplo, la "muy bien informada" Yoani Sánchez, la misma bloguera que no sabe que Cuba fue invadida por Estados Unidos en Playa Girón hace medio siglo atrás, asegura en El Nuevo Herald que: "la sensación generalizada es temor, aprehensión y pánico".
Por su parte Héctor Palacios, "economista y periodista independiente" cree que el efecto de las medidas está dividiendo aún más a la población cubana en general.
Y no falta quienes como Elizardo Sánchez, El Camaján, presunto agente de la Seguridad cubana según los propios diplomáticos norteamericanos, declaren que Raúl Castro está aplicando sobre las espaldas de los sectores más humildes políticas neoliberales para subsanar "dificultades creadas por el propio gobierno''.
De este modo, los llamados disidentes repiten el guión preestablecido que, desde que se anunciaron los nuevos cambios para hacer más eficiente la economía cubana, publica cierta prensa.
Se trata sin dudas de los estertores del cinismo de una disidencia que a pesar de los millones de dólares que le ha costado al bolsillo del contribuyente norteamericano no ha logrado convencer a nadie, ni siquiera a sus contratistas, en su papel de supuesta vocera del pueblo cubano.
No sé en que país vivirán estos señores pero lo que se percibe ahora mismo en Cuba es más bien cierto desespero por aventurarse en el sector cuentapropista. Ayer mismo, coincidiendo con el inicio de el proceso de restructuración de plantillas, en la céntrica esquina de 23 y G, aún de noche, una familia trabajaba afanosamente por darle los toques finales al nuevo restaurant Habáname, que sin dudas le hará competencia al de 23 y H, justo a unos pasos del famoso El Cochinito, abierto hace solo unas semanas.
En realidad la disidencia teme con "aprehensión y pánico" que la Revolución, como ha hecho hasta ahora, gane de una vez por todas también esta batalla: la de la eficiencia económica. Sin "presos políticos", denunciados y desprestigiados por quienes los financian, y en medio de un socialismo mucho más próspero a pesar de bloqueos y agresiones,
de qué diablo van a hablar los mercenarios.

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