martes, 21 de diciembre de 2010

TRABAJOS Y MODELOS PRODUCTIVOS DE AMÉRICA LATINA

Con este título, más el siguiente subtítulo “Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela luego de las crisis del modo de desarrollo neoliberal” CLACSO, Buenos Aires, publicó esta obra, compilada por Julio Cesar Neffa y Enrique de la Garza, más las contribuciones de Damián Panigo, Jorge Carrillo, Fernando Urrea, Giovanni Alves, Marcio Pochman y Héctor Lucena.

La presentación del libro indica, que el punto de partida de este esfuerzo de investigación, fue la situación posterior a la crisis de los años setenta, el auge del neoliberalismo y su crisis al iniciarse el siglo XXI, siendo el foco del análisis la identificación de los nuevos modelos productivos que estaban emergiendo en América Latina, o su continuidad, y si los mismos tenían similares orientaciones y características, si su dinámica los llevaba a homogeneizarlos o si las trayectorias institucionales e históricas de cada formación social conducían a una especificidad. Esta última hipótesis es la que se verificó.

Tal vez, el fenómeno que los atravesaba a todos era la “vuelta del Estado”. Luego de la crisis de los años setenta se observó que tanto para consolidar el modo de producción capitalista (son los casos de México y de Colombia), como para intentar un nuevo modelo productivo crítico de las políticas económicas neoliberales (son los casos de Brasil y de Argentina), o para tratar de crear un modelo socialista latinoamericano del siglo XXI (es el caso de Venezuela), siempre se necesitó la intervención del Estado a fin de consolidar los cambios introducidos y que, en todos los casos, ello tenía impacto muy diferente sobre las instituciones y las reglas que configuraban el uso y la reproducción de la fuerza de trabajo, es decir, de la relación salarial.

Los autores abordan el tema desde la economía, la sociología y las relaciones de trabajo, pero recurren a la historia económica y social y a la ciencia política de una sociedad heterogénea, para contextualizar la dinámica del modo de desarrollo propio de cada país y analizar los actores sociales que intervinieron para promover un nuevo modelo productivo diferente (Venezuela); tratar de configurar otro modelo con ingredientes pos-neoliberales, pero que encuentra una fuerte oposición por parte de los grupos económicos cuyo poder fue reducido y que pretenden retomar el modelo neoliberal a pesar de haberse beneficiado con los cambios introducidos, o que para justificarse invocan el federalismo, la vigencia plena de las instituciones, el respeto del derecho de propiedad y volver a dar prioridad al mercado sobre el Estado (Brasil y Argentina); o reformar el viejo modelo capitalista neoliberal, para hacerlo más eficiente y enfrentar las crisis (México y Colombia).

La crisis financiera internacional desatada en el corazón del capitalismo impactó de manera diferente a los países estudiados, pero también, en este caso, los intentos de controlarla y reducir los efectos perversos tuvieron al Estado como actor protagónico. Todo esto nos lleva a concluir que el neoliberalismo económico con sus diversas dimensiones está en crisis, pero que no es inminente el derrumbe del modo de producción capitalista y que, en cada país, los grupos y clases sociales hegemónicos y los que reivindican cambios profundos, que por medio de sus luchas contradictorias o de los compromisos establecen mutuas concesiones negociadas y tratan de imprimir al Estado una determinada orientación.

Las crisis debilitaron el movimiento obrero y disminuyeron su capacidad de iniciativa y de hacer propuestas alternativas, pero a mediano o a largo plazo su activa presencia es una condición necesaria para que emerja y sea sustentable un nuevo modo de desarrollo económico y social y otro modelo productivo, entre cuyos objetivos figuren: el pleno empleo; salarios reales que se ajusten según la inflación pasada y el incremento de la productividad; un aumento de la parte de los salarios en la distribución funcional del ingreso; la universalización del sistema de seguridad social; el derecho a la formación y reconversión profesional; el combate a la pobreza, la indigencia y la exclusión social; procesos de humanización del trabajo para preservar la vida y la salud de los trabajadores; y la vigencia de la democracia económica dentro de las empresas y las organizaciones.

Los autores desean que el marco teórico y la diversidad de los casos presentados estimulen un debate necesario, para sacar conclusiones adecuadas a cada país y promover el compromiso social y político para que “la vuelta del Estado” se oriente al logro de los objetivos mencionados.

Esta información me fue proporcionada por el colega Pedro Guglielmetti con los siguientes indicadores para su localización: hector.lucena@gmail.com. Twitter: hl_lucena.

Héctor Lucena. Coordinador Mención Estudios del Trabajo.
www.hectorlucena.blogspot.com. www.estudiosdeltrabajo.blogspot.com.

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