sábado, 9 de octubre de 2010

REFLEXIONES PARA COMPARTIR CON MIS LECTORES SOBRE VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN

Deseo abrir un debate sobre discriminación en el empleo, motivador y acelerador de la violencia en el trabajo, sin definir si es psicológica, física, autoinflingida o de agresión a otros. El objetivo es llegar mediante la reflexión a profundizar sobre estos aspectos de trascendental importancia tanto para las víctimas, como para los testigos "silenciosos", los agresores y demás partícipes que de una forma u otra podrían compartir sus experiencias y sus opiniones.
Traigo a debate primero una terminología importante, sin ir incluso a las normas internacionales que la contienen y la recrean. Quiero debatir sobre el concepto de discriminación en el empleo. Todo aquel acto de selección, acción u omisión para el reconocimiento de las condiciones que den lugar al establecimiento o terminación de relaciones jurídico-laborales por motivos ajenos a la aptitud, calificación, dominio de la actividad, resultados del trabajo, experiencia manifiesta, etc., que tienen por origen a modo de ejemplo, el sexo, la orientación sexual, el género, el orgen social y nacional, la edad, la apariencia física, las creencias religiosas, el partidismo, el estado de salud, cuando éste último no sea un requisito para ocupar el cargo.
¡Cuánto de discriminación se observa hoy en día! Discriminación que provoca desigualdad de oportunidades, pérdida de la autoestima, devalorización de la persona humana, conflictos personales y familiares en última instancia, siendo lo fundamental la pérdida de los derechos laborales, del derecho al trabajo y ya teniéndolo, a conservarlo.
De la mano de la discriminación van los actos de violencia, porque la primera no es otra cosa que violencia hacia el que la sufre, el que la padece y siente a su alrededor la falta de solidaridad, el "yo no soy parte de este asunto, que lo resuelva como pueda". Violencia porque a modo de ejemplo, siendo una mujer madre, cabeza de familia de un hogar monoparental, con hijos pequeños, al privársele por su género de un empleo, se provoca automáticamente el desmoronamiento de un status de vida hasta llegar a la exclusión social. Entonces la rebeldía ante tal manifestación es comentada como "violencia por parte de la víctima". Cuánta injusticia encierra contra la dignidad del ser humano.
Y me quedo aquí, sin consecuencias ulteriores, abierta al debate, aguardando los comentarios de mis lectores, de mis seguidores, de autoridades tan importantes en la materia como Don Antonio Baylos, mi querida Susana Treviño, el siempre bienvenido Manuel Muñoz, el amigo psicólogo-abogado Elías García o el más joven de todos, Duglas Yanes. Quiero oir a Eloisa, Marina, Laura Mora, otros que me sigan. Un abrazo colectivo.

2 comentarios:

  1. http://elcahuin.wordpress.com/2010/10/11/%c2%a1oh-senor-tanta-vanidad-nos-aplasta/
    vaya Lidia he tratado de ingrear un comentario y la web me rechaza.
    Buscare por otra via.
    Atte

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  2. Mí querida amiga Lidia:
    El problema de la violencia y la discriminación es una realidad que tiene grandes elementos comunes al punto que podemos decir que toda discriminación es un acto de violencia. En mi hermoso y sufrido país nos encontramos con un aspecto genérico: Nuestra Sociedad es Violenta. Así, como lo lees. Es cierto, no existe una lucha militar y de beligerancia como en Colombia, (de paso, digamos que los Estados tienen su mano en esto y manchada hasta el cuello, porque eso fue un asesinato en verdad). No existe tampoco un elemento civil armado ni sectores narcos organizados en milicias de asesinos, pero, la verdad es que aun así, el número de muertos por la violencia es altísimo: Violencia en el hogar; Violencia en el Trabajo; violencia en las escuelas, también violencia en las cales, esto es, violencia delictual.
    En conversaciones venideras ilustrare estos comentarios con estadísticas, pero ahora quiero referirme más a las causas que a los terribles resultados de nuestra violencia común y ordinaria.
    La situación económica en Chile tal vez es mejor que en otros países hermanos. El liberalismo económico ha podido en corto tiempo permitir la acumulación de grandes fortunas, pues, los bosques, los mares, las minas, los campos han quedado a la depredación de los mas poderosos y estos han permitido un visión posibilista para quienes confían en el sistema. Pero, la realidad es que miles de personas viven o tratan de vivir co un ingreso minimo de $185.000 mensuales, aunque para ello el jefe o Jefa de hogar deba trabajar 10 horas diarias. Estamos hablando de $185.000 / 500 (+-) =US$ 370. Se entenderá que con esa suma no solo no puede vivir cómodamente el trabajador, menos si este tiene familia y peor aun si la compañera no trabaja porque debe cuidar a los hijos.
    Al mismo tiempo, la presa y la TV, todo el día machacan los ojos y oídos de la entre pobre señalándoles cuales son los valores y foras de vida aceptables. Especialmente en el uso de bienes que no pueden adquirir.
    El problema de la libertad es que no es real en los términos del sistema neo liberal.
    Sabemos que actúa lo que en la economía de mercado se llama “efecto demostración”, en Chile con una fuerza enorme que pone en jaque los sistemas de cobranza judicial, adaptados ara que las grandes tiendas, bancos y retail en general puedan perseguir el cobro, el embargo y la subasta de los bienes de quienes optan al mercado (inclusive su hogar).
    Ahora bien, si se gana poco a nivel de las grandes masas, si el efecto demostración es terrible, si se vive o mejor dicho, solo se sobre vive, si el hombre trabajador se encuentra agotado por el sistemas y no puede llevar a su casa lo que la propaganda dice que debe llevar, ocurre y deviene el sentido de frustración personal y familiar marcando a dichos individuos con el manto gris de la desesperación.
    Las reacciones propias de este estado de cosas no tardan en manifestarse: cónyuges asesinados en su propios hogar delincuencia y prostitución; violencia en el hogar; niños golpeados, lesionados o muertos.
    Quienes, hemos estudiado en parte la problemática de la violencia social sabemos que cada niño agredido es un futuro hombre violento. Esta violencia se conoce en Chile por niños asesinados por otros niños, el Buillying y la delincuencia infantil.
    Por ahora digamos que la violencia social, a discriminación y toda forma aberrante de comunicación mediante la fuerza y la agresión, tiene una raíz claramente económica, no solo e cuanto la remuneración no es el pago del trabajo en términos éticos, sino, en cuanto el sistema auspicia y promueve la violencia al elaborar su desarrollo e base al agotamiento de las personas que trabajan (llamadas recursos humanos), la depredación de la naturaleza y la falta absoluta de valores que distinguen al ser humano como la solidaridad, la Paz, la convivencia sana y el afecto social.

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